En un entorno paisajístico bastante presente y vertical, emplazado sobre una fuerte pendiente frente al lago Calafquén, se proyecta un volumen compacto y semi-soterrado.
El acceso se configura como un espacio intermedio que marca la llegada a la casa, desde donde el lago se transforma en luz y la casa en sombra, así la aparente simetría y claridad del volumen hacen evidente la movilidad, vibración y escala de este paisaje.
La cubierta y revestimiento CD500 SL Hunter Douglas horadada de forma puntual y longitudinal, perfora por completo el proyecto desde el exterior hasta el piso -1. Estas perforaciones entendidas como actos estructurales, y no superficiales, permiten al interior regular la luz, la ventilación y la relación entre los recintos.
Esta casa pretende hacer evidente la fuerza y persistencia de un clima a través de un objeto que busca el equilibrio entre la protección y la exposición.