Patricio Mardones, Director Negocio de Productos Arquitectónicos Hunter Douglas Latam, hace un balance sobre lo que nos dejó este 2021 y lo que vendrá, en materia de arquitectura.
¿Cuáles son los grandes temas que atravesaron a la arquitectura este año?
El Covid 19 lo ha cambiado todo, incluso a la arquitectura, aumentando los espacios de trabajo en casa, rediseñando lugares para el home office y disminuyendo el espacio de oficinas para el trabajo presencial.
¿Dónde estuvieron las oportunidades para el sector? ¿Encuentras diferencias en las oportunidades por país, dentro de Latinoamérica?
En general, el segmento que se ha dinamizado mucho, por las razones anteriores, y que es transversal en Latinoamérica, es justamente el residencial y, especialmente, aquel destinado a equipar espacios dentro del hogar para usarlos como oficinas o permitir usos mixtos.
En ese sentido, toda el área de WCP (Window Coverings) ha tenido un gran dinamismo ya que estos elementos y productos permiten hacer funcional muchos espacios de nuestros hogares que pueden ser utilizados como áreas de trabajo, pero que requieren de cierto confort lumínico y equipamiento para tener las prestaciones similares a las de una oficina.
¿Cuáles son los desafíos que va a enfrentar la industria este 2022 en LatAm y en el mundo?
El sector público y, especialmente, el sector hospitalario jugará un rol importante. Por un lado, las obras públicas ayudan a dinamizar la economía en tiempos recesivos o difíciles y al mismo tiempo, hay muchos países que han visto la necesidad de ponerse al día con su infraestructura hospitalaria para poder enfrentar desafíos como el Covid y los nuevos brotes de esta misma enfermedad. Por otra parte, se espera que el segmento de oficinas tenga una vacancia muy alta, lo que permite augurar una lenta recuperación una vez que dejemos atrás esta pandemia.
¿Cuáles crees que son las preocupaciones de los arquitectos jóvenes y cómo crees que su mirada está contribuyendo en la evolución de la industria?
Los arquitectos jóvenes tienen una mayor conciencia de cómo afecta al mundo el cambio climático y están mucho más interesados en diseñar sus obras teniendo esto en consideración. Edificios más sustentables, cerca de los hogares, que permitan conmutar fácilmente entre casa y trabajo, caminando o en medios de transporte más sustentables como la bicicleta, el metro y otros. Al mismo tiempo, hay una mayor preocupación por el confort en las áreas de trabajo, las cuales hoy están mucho más enfocadas al trabajo colaborativo.
Uno de los desafíos planteados semanas atrás en la COP 26, por la ONU, es frenar la deforestación: ¿Cómo te parece que esto impacta en las tendencias en cuanto a materialidades y qué nuevas opciones sustentables se están analizando a nivel Latinoamérica y global?
Las principales causas de la deforestación están relacionadas con el uso de estos terrenos en cultivos y ganadería, y, en segundo lugar, la expansión de ciudades o pueblos. En ese sentido, el uso de infraestructura ociosa para destinarlo a oficinas y hogares puede ser de gran ayuda. Reciclar edificaciones destinadas a usos industriales o comerciales puede ayudar a ralentizar este fenómeno y, al mismo tiempo, a recuperar zonas urbanas olvidadas o en muy mal estado de conservación. Ejemplos de esto hay muchos en el mundo y en Hunter Douglas estamos muy interesados en el reciclado de edificios antiguos, industriales, de estacionamientos, entre otros, para darles nueva vida. La zona del Meatpacking District en Manhattan o la ribera del río Nervión en Bilbao, son muy buenos ejemplos de esto. En Hunter Douglas estamos incentivando y promoviendo activamente este tipo de proyectos, de manera de reciclar las ciudades y evitar o minimizar la expansión excesiva de éstas.
Respecto a materialidades, la idea es potenciar el uso de materiales reciclables o biodegradables como por ejemplo el bambú, que además de ser la planta de más rápido crecimiento del mundo, captura grandes cantidades de CO2 durante su ciclo de vida.